La
mayoría de la gente en la diáspora occidental lo conocen como Echú, Elegba o
Exu. Èsù, como no tiene el nombre correcto, es probablemente uno de los Òrìchàs
más incomprendidos. Nadie sabe exactamente cómo llegó aproximadamente. IFÁ
explica el hecho de que Èsù existía antes de la creación del universo.
Cuando OLÓDÙMÀRÈ comenzó la creación, miró salir la gran extensión, pero no vio
nada más que oscuridad. Al ver que la oscuridad no era apta para prosperar, ni para vivir, creó la luz, todas las estrellas y nuestro sol. Cuando todo el
universo iluminado estaba siendo nombrado ÈSÙ, Olódùnmàrè le miro y este le
ofreció una mirada confidente de vuelta; mientras, todos mirando a Èsú se preguntaban unos
a otros quién era. Olódùnmàrè respondió afirmando, que cómo Èsú estaba en el
medio del universo durante el proceso de la creación de este, todas estas deidades le debían respeto. Èsú respondió afirmando sabiendo
que le faltaba el poder de la creación. Entonces Olódùnmàrè dijo: Desde este
punto señalando a Èsú, nada que halla creado voy a deshacer. Así fue como en realidad
nació el EBBO (sacrificio u ofrenda). Siempre debemos ofrecer EBBO, es la única
forma de apaciguar a Èsù. Èsù, debe ser siempre apaciguado y debe ser siempre el
primero al que se le da conocimiento antes de empezar nada y el ultimo en despedir para cerrar nuestro ritual (To Iban Èsú), con el fin de
evitar sus intentos de deshacer.
Muchos creen que Èsú posee dos caras, también creen que Èsù es la maligno y
que ELEGUA es el justo. El hecho es que el nombre Elewa o Elegua es una mala
pronunciación de ELEGBA. Elewa o Elegua era en realidad una mujer de ORUNMILA. De
alguna manera, este cambio se produjo en la diáspora después de que todos los
esclavos llegaran a nuevas tierras, nativos nigerianos que hablaban Yoruba extinguieron
su lengua nativa "YORÙBÁ" dejando una mezcla de Bini, Hausa, Español
y Portugués, mezcla principalmente incomprensible de palabras de lo que eran
las personas capaces de recordar y anotar.
Èsù señor y dueño
de todos los caminos y las encrucijadas, protector de los viajeros; parece una
entidad dual debido a su poder sobre la fortuna y la desgracia, por el hecho de
que puede darlo todo, pero de no ser apaciguado, puede llevarse todo aquello
que halla llegado a ofrecer. Èsù mensajero divino, viaja entre el cielo y la
tierra, encargado de llevar nuestras plegarias, nuestras ofrendas, nuestros
deseos, nuestras obras y sucesos; nuestros miedos y nuestros sacrificios; a los
pies de Olódùnmàrè para su conocimiento, Èsù El único intermediario entre Dios
(Olódùnmàrè) y nosotros. Pero no sólo presenta informes de nuestros actos, también es el rey de los Ajogun (Entidades
Negativas). Se entiende que es completamente diferente de todos los demás
Òrìsàs, de hecho, Él es único. Su número es el 3, Èsù es “ASHE ASHE ADO ISUBI SURE”
es el poder de mando utilizado por Olódùnmàrè para crear nuestro universo. Este
poder es propiedad de Èsù; si alguien quiere hacer cualquier cosa, ya sea bueno
o malo, tiene que tratarlo primero con Èsù. Si vamos hacia arriba o abajo a la
izquierda, a la derecha, dentro o fuera, él estará siempre involucrado.
Èsù usa sus artimañas para generar el caos o para traer lo mejor a cada ser
humano, para su desenvolvimiento en la tierra. El es la guerra y la paz, algunas
veces toma comportamiento de niño
travieso, generalmente le gusta jugar con los lideres mortales a la tentación y
la tribulación, por ello es un maestro difícil. Cuenta una historia (Patakie)
que Èsù estaba caminando por
un camino un día, y este llevaba un sombrero que era de color rojo por un lado y
negro por el otro. En algún
momento después de que él entrara en el camino y pasara la aldea como un total desconocido, los
habitantes del pueblo que lo habían visto comenzaron a discutir sobre si el
sombrero que llevaba este desconocido era negro o era rojo. Los
habitantes del lado del pueblo de un lado de la carretera, sólo habían sido capaces de
ver el lado negro y los habitantes del pueblo contrario, sólo había sido capaces de apreciar la roja. Pronto llegaron a una gran
disputa y a las manos por el desacuerdo. Esto hizo que Èsú mirara atrás y tomo el el camino de vuelta al pueblo, para así repréndeles; revelando así
cómo la perspectiva de uno puede ser tan correcta, como la de otra persona,
incluso cuando parezca ser diametralmente opuesta.
La evidencia física de Èsù es conocido como JANGI o ÈSÙ JANGI, que es el mineral laterita. El altar de Èsù siempre debe mantenerse
al frente de la casa, nunca en la espalda. Normalmente su morada no es cubierta,
pero puede ser cercada. Su día de la semana es el lunes y sus colores el rojo y
negro; o el blanco y el negro.
Èsù debe ser siempre el primero en ser alimentado, si cualquier ofrenda se le
ofrece a cualquier Òrìsà, a este se le debe apaciguar primero. Èsù debe
alimentarse fuera y mientras él se alimenta nunca hay que utilizar cualquier
lenguaje despectivo.
(To Iban Èsù)
IFASEYE AJE OSAAKEMI OMÓ OBATALÁ BABA EJIOGBÉ. RML